Desde lo geográfico es colosal pero simple: nos vamos a recorrer Latinoamérica.
Pero los dos sentimos que es mucho más que eso.
Es un viaje que pretende recorrer paisajes nuevos, si, seguramente,
pero que también es un recorrido por los rincones de nuestro adentro,
un encuentro con lo más profundo de nosotros,
un reconocimiento de nuestras partes feas, temidas y escondidas
y una apropiación de nuestros dones, talentos y poderes.
También, vamos a encontrarnos con personas distintas,
personas con costumbres diferentes, hacedores de culturas diversas,
con formas distintas de hacer las cosas,
con formas distintas de ver y pensar el mundo,
y no sólo pretendemos aprender "sobre" ellos,
cual observador externo, un poco testigo un poco turista,
nuestra idea es aprender "de" ellos, participando,
tratar de ver el mundo a través de esos ojos nuevos,
para así poder encontrarnos y conectar con esos nuevos mundos.
Es un viaje para aprender a ser mejores personas,
más tolerantes, más abiertos, más libres,
aprender a ser creadores de un mundo más bonito,
y ser merecedores de vivir en ese mundo que soñamos.
Dentro de este marco, hay dos o tres ejes que nos van guiando:
Nos gusta mucho bailar, que para nosotros es comunicar con el cuerpo,
así que andaremos buscando nuevos lenguajes, nuevos mensajes, nuevos relatos,
movimientos que recorran rinconcitos del cuerpo que han estado dormidos
y andaremos también llevando por los caminos los lenguajes que conocemos,
para compartir.
También vamos buscando profundizar más en la espiritualidad,
la medicina tradicional, los ritos y rituales,
la medicina energética de nuestra América antigua y profunda,
las prácticas chamánicas de las montañas, las costas y la selva,
para crecer, para sanar el alma, para ver, para experimentar,
para aprender, para recordar.
Y también vamos con los ojos y los oídos bien abiertos para llenarnos de
las palabras y los saberes tradicionales de los pueblos originarios.
Queremos aprender de su cosmovisión, su concepción del universo,
del mundo, de la vida, de la naturaleza, del espíritu.
Queremos beber de la fuente la filosofía y las prácticas
que sustentan su forma de vivir, de pensar y de actuar.
Al mismo tiempo, nos ponemos a disposición para lo que podamos ser útiles.
Nuestra idea es la de un intercambio, un enriquecimiento mutuo,
la reciprocidad como punto de equilibrio.
Nos ponemos al servicio pretendiendo imitar al colibrí,
así, intentaremos descubrir los colores más brillantes y los aromas más intensos
beber el néctar más dulce de cada flor, de cada pueblo, de cada nación,
para después llevarlo a los pueblos vecinos y quizás no tan vecinos
para que esa dulzura se disperse por el mundo y los corazones,
para que las flores bellas de cada ser humano que encontremos
se reproduzcan por todos los rincones y llenen el planeta de colores...
es nuestra manera de hacer del mundo un lugar más bonito... ese es nuestro sueño!
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